Aunque no hay estructura ni formato requerido
para los manuales de calidad, existen métodos para asegurar que el tema esté orientado y ubicado adecuadamente; uno de éstos sería fundamentar las secciones del
manual de la calidad con los elementos de la norma que rige el sistema.
Otro enfoque aceptable sería la estructuración del manual para reflejar la naturaleza de la organización. Un manual de calidad puede:
• Ser una compilación de los procedimientos
documentados.
• Ser una serie de procedimientos documentados
para aplicaciones específicas.
• Ser más de un documento o nivel.
• Tener un núcleo común con apéndices apropiados.
• Tener horas numerosas, derivaciones posibles,
basadas en las necesidades organizacionales.
La aplicación más
común de un manual de calidad es para propósitos tanto de gestión de calidad como de aseguramiento de la calidad. Sin embargo, cuando la organización considere que es necesaria una distinción en su contenido o uso, es esencial que los manuales que describan el mismo sistema de calidad no sean contradictorios.
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