Los cinco puntos introducidos a continuación representan los cinco pilares del proceso de implantación de un programa de TPM. Cada uno de los pilares se introduce a su vez en 7 pasos, por lo que en total hay que seguir 35 pasos para implantar TPM.
1. Eliminación de los problemas fundamentales: en siete pasos se identifican los cuellos de botella de la producción y se eliminan progresivamente según su importancia. Este proceso se repite continuamente siendo fundamental como parte de la mejora continua.
2. Mantenimiento autónomo: supone que los propios empleados de producción asuman algunas de las labores de mantenimiento. Supone que los empleados se sientan responsables de los equipos productivos y no sólo de la producción. Es un cambio total en la mentalidad de los empleados.
3. Programa de mantenimiento planificado: son todas las tareas de mantenimiento necesarias para garantizar un proceso productivo estable. Normalmente los empleados de mantenimiento están tan ocupados en solucionar los problemas del día a día que surgen en los equipos productivos que no tienen prácticamente tiempo para efectuar tareas planificadas. Con la implantación del TPM se pretende liberar la carga de trabajo de los empleados de mantenimiento de forma que tengan más tiempo para este tipo de tareas. (Entre las tareas consideradas como planificadas podríamos pensar por ejemplo en inspecciones, revisiones, auditorías...)
4. Prevención en mantenimiento: en la planificación y compra para la producción hay ya que tener en cuenta el mantenimiento. Los empleados de mantenimiento y producción tienen que estar implicados en este proceso de decisión desde un primer momento para conocer y evitar futuros problemas.
5. Formación: Para que el TPM pueda ser efectivamente implantado es preciso que todos los empleados conozcan qué es y cómo funciona.
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