Un indicador es la medición de una característica de un proceso. Asociar indicadores a un proceso sirve para:
- Analizar la situación actual del proceso en base a hechos y datos.
- Establecer objetivos y planes de futuro consistentes.
- Evaluar y reconocer, con objetividad, el trabajo de las personas y equipos de mejora implicados en el proceso.
- Gestionar con mayor eficacia los recursos que necesita el proceso
Los indicadores en una organización deben ser fiables, es decir, en idénticas situaciones deben proporcionar el mismo resultado, y válidos, es decir, medir aquello que se quiere medir. Además deben ser pocos para facilitar su seguimiento.
Existen dos tipos de indicadores:
1. Indicadores de eficacia. Miden la manera en la que un proceso cumple sus objetivos. Ejemplos:
Nivel de satisfacción del cliente, % de aumento de ventas, conocimiento de la marca.
2. Indicadores de eficiencia. Miden la cantidad de recursos que necesita el proceso para conseguir un determinado nivel de eficacia. Ejemplos: Minutos dedicados a cada paciente, Número de enfermeras en una unidad.
Para definir un indicador, es necesario tener en consideración los siguientes campos:
· Nombre del indicador: descripción del indicador.
· Fórmula: modo en que se realizará la medición concreta del mismo.
· Responsable de recogida: quién se encargará de recoger los datos para el cálculo del indicador.
· Periodicidad de recogida: cada cuánto tiempo se llevará a cabo la medición del indicador.
· Responsable de actuación. Es la persona que se encarga de tomar medidas en función de los valores que presente el indicador.
· Valor objetivo. Es el valor que se pretende que tome el indicador. Si no se consigue este valor, el responsable de actuación debe llevar a cabo acciones de mejora.
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