El Proyecto se originó de los programas de servicios industriales
desarrollados por la OEA en las áreas de normalización, metrología y calidad. Frente a la tradicional reticencia de las empresas productivas a colaborar con el sector público y a los nuevos conceptos de calidad total, la OEA juzgó importante trabajar con una nueva orientación basada esencialmente en el trabajo directo con las empresas productivas y el apoyo a la creación de
“empresas modelo” con el fin de poder difundir con el ejemplo los conceptos
y las herramientas de la calidad total a otras empresas, del mismo o de diferentes sectores. Éste fue el enfoque apoyado por la GTZ.
La metodología empleada, en las diversas fases, descansa en que
el Proyecto se lleva a cabo con una contraparte técnica nacional y que involucra a las asociaciones gremiales existentes; se elabora un programa de actividades que inicie con un análisis de las empresas del subsector y un estudio de mercado, se identifica y selecciona una empresa modelo
(llamada a menudo planta piloto) para la cual, después de un diagnóstico, se establece un plan de calidad.
Entre los resultados esperados del trabajo, están una mejora de la calidad a todo nivel y la disponibilidad de manuales técnicos, resultados que son difundidos y pueden originar que el modelo se aplique en otros sectores. Uno de los factores de éxito y que puede mostrar que “la calidad no es un gasto sino inversión” es el aumento en los
rendimientos y en la productividad. La ejecución del Proyecto ha considerado en todo momento el balance entre los aspectos de producción
y los de gestión de la calidad.
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