martes, 28 de abril de 2009

LA CALIDAD Y EL COMPROMISO Y FILOSOFÍA DE GESTIÓN (Parte III)

Lo anterior mencionado le ha ocurrido a muchas empresas nacionales que han corrido con diferente suerte, algunas han sucumbido ante la competencia, pero otras se dieron cuenta a tiempo (para no zozobrar) de lo equivocados que estaban al dejar al cliente de lado. Un ejemplo que vale traer a colación, tocando este tema, es el de las instituciones financieras; éstas se encontraban en un mercado en el que todas se “hacían pasito”, todas se movían por inercia con la corriente, sin preocuparse mayormente del cliente, hasta que llegó la competencia, con el Banco Bilbao Vizcaya (comprando la mayoría del Banco Ganadero) y con el Banco Santander (que se hizo a Bancoquia), ambos españoles, y otros como el City Bank, los cuales entraron irrumpiendo en el mercado con nuevos servicios, sorteos, rifas, motivando a los clientes, teniéndolos en cuenta. Esto obligó a las instituciones a moverse rápidamente para poder seguir el ritmo de estos bancos multinacionales, ¿qué han tenido que hacer? han tenido que fusionarse, aliarse estratégicamente, adaptarse y ofrecer similares servicios y beneficios a los de los nuevos entrantes; si no se hubieran movido de esta manera y se hubieran quedado sentados en sus laureles confiando en que ellos conocían las necesidades y expectativas de los ahorradores, ya estarían condenados a desaparecer o serían apenas un recuerdo. Este ejemplo ilustra un poco lo sucedido a otras industrias nacionales, aunque por ser este un sector fuerte, no se presentaron mayores decesos, de haber sido en otro sector más débil, las pérdidas habrían sido muchas.
El problema de la calidad no es de corto plazo ni de soluciones inmediatas, es decir, no se puede decir que obteniendo un sello de calidad o una certificación ISO ya se está exento del problema. Alcanzar el éxito en cuanto a la calidad se refiere, es un compromiso que se desarrolla todos los días, la excelencia sólo se logra mediante el compromiso, valga la redundancia, que implica darle cada vez más de lo mejor al cliente.
La calidad es más que certificados y cumplimiento de requisitos, es una filosofía que se vive día a día y que envuelve a todos los elementos de la organización, enrutándolos a la consecución de un mismo objetivo o ideal que no es más que la satisfacción plena del cliente con el producto. Cuando esto sucede y lo podemos identificar plenamente podemos decir que la reconoceremos cuando ellos (los clientes) la vean.

No hay comentarios: