Mientras atiza el carbón para la cosecha de miel, Máximo Argote, un productor de miel de Vila Vila en el valle, confiesa sentirse satisfecho por el aumento del consumo de miel en el mercado nacional, lo que ha incidido en una mejora de más del 50% en los precios de ese producto.
Exhibiendo con orgullo los certificados de su capacitación como apicultor, reconoce que el uso de normas sobre miel le ha permitido estandarizar las cajas y mejorar la calidad de su producto. ”Las normas son el pan de cada día para nosotros, y eso nos permite llegar al consumidor con productos de calidad”, afirma.
Para Sandro Saravia, coordinador departamental de la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Cochabamba (CIOEC) que agrupa a los apicultores del país, el gran problema para los productores era la ausencia de normas específicas que permitan al sector apícola uniformar la calidad del producto. “Hemos apoyado en la elaboración de normas y ahora las estamos poniendo en práctica”.
Actualmente, la apicultura en Cochabamba genera trabajo para más de 12.000 familias
Exhibiendo con orgullo los certificados de su capacitación como apicultor, reconoce que el uso de normas sobre miel le ha permitido estandarizar las cajas y mejorar la calidad de su producto. ”Las normas son el pan de cada día para nosotros, y eso nos permite llegar al consumidor con productos de calidad”, afirma.
Para Sandro Saravia, coordinador departamental de la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Cochabamba (CIOEC) que agrupa a los apicultores del país, el gran problema para los productores era la ausencia de normas específicas que permitan al sector apícola uniformar la calidad del producto. “Hemos apoyado en la elaboración de normas y ahora las estamos poniendo en práctica”.
Actualmente, la apicultura en Cochabamba genera trabajo para más de 12.000 familias
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